miércoles, 15 de noviembre de 2017

FARMACOS HIPERGLUCEMIANTES

FARMACOS HIPERGLUCEMIANTES.



Son medicamentos que pueden potencialmente elevar la glucemia y modificar el control glucémico del paciente diabético,  o en individuos de alto riesgo desencadenar diabetes mellitus.

En este caso deben existir factores predisponentes (obesidad, factores hereditarios, sindrome X)  y usar el medicamento en tratamientos prolongados y/o en dosis elevadas.

Esto no significa que debe descartarse totalmente su uso, sino que el médico debe evaluar el riesgo-beneficio y su uso debe ser bajo estricta supervisión médica en cuanto:
©      Dosis del medicamento prescripto.
©      Tiempo de tratamiento,
©      Control glucémico.
©      Ajuste de dosis de  hipoglucemiantes o insulina, en caso del paciente diabético.

Los mecanismos por los que elevan la glucemia son variados, por ejemplo:

GLUCOCORTICOIDES

Los glucocorticoides son catabólicos, estimulan la gluconeogénesis en hígado y riñón y además bloquean la acción de la insulina en algunos tejidos.

DIURÉTICOS TIAZÍDICOS

En cambio los diuréticos tiazídicos inhiben la liberación de insulina de las células beta de los islotes de Langerhans.
 Los medicamentos que potencialmente pueden elevar la glucemia son:

©      Glucocorticoides.
©      Diuréticos (tiazidas, furosemida, ácido etacrínico).
©      Antihipertensivos (beta-bloqueantes, diazóxido).
©      Hormonas (tiroideas, estrógenos, anticonceptivos, aldosterona, hormona de crecimiento, agentes progestacionales, glucagón).
©      Antipsicóticos de 2º generación (clozapina, risperidona, etc).
©      Antiepilépticos (fenitoina).
©      Antineoplásicos (streptozotocina, mitramicina, L-asparaginasa).
©      Inhibidores de las proteasas, para el tratamiento de infecciones virales (indinavir, ritonavir).
©      Beta-agonistas.
©      Pentamidina.
©      Interferón alfa.
©      Antirretrovirales.
©      Inmunosupresores.
©      Otros (ácido nicotínico, litio, teofilina, ciclosporina).




Fármacos para la diabetes

Hay dos tipos de fármacos para tratar la hiperglucemia: los antidiabéticos orales y la insulina. Los antidiabéticos orales no se utilizan en el tratamiento de la diabetes tipo 1; únicamente se usan en el tratamiento de la diabetes tipo 2.

Éstos están formados por cuatro grupos:

1-. Fármacos reguladores de la secreción de insulina

Ayudan a liberar más insulina. Suelen ser administrados en pacientes diabéticos sin sobrepeso o con sobrepeso ligero.

©      Las sulfonilureas actúan estimulando la secreción de insulina por el páncreas y potencian la acción de la insulina sobre las células para que puedan absorber mejor la glucosa de la sangre. Sus efectos secundarios son las hipoglucemias y el aumento de peso.

©      Las glinidas se usan cuando lo que predomina son las hiperglucemias tras las comidas. Su mecanismo de acción es similar a las sulfonilureas, pero su efecto dura menos tiempo, produciendo una mejoría significativa del pico glucémico postprandial y disminuyendo el riesgo de hipoglucemia. Presentan menor cantidad de efectos secundarios y contraindicaciones (pueden administrarse en pacientes con insuficiencia renal).


2.- Fármacos que disminuyen la producción hepática de glucosa

El único fármaco en uso es la metformina, de primera elección en pacientes con diabetes tipo 2 con sobrepeso u obesidad. Actúa sobre todo reduciendo la liberación hepática de glucosa y, además, es supresora del apetito.
También tiene efectos favorables sobre el colesterol, disminuyendo su nivel total y los triglicéridos. Se asocia a una reducción de los niveles de vitamina B12.
Sus efectos secundarios son las alteraciones gastrointestinales como diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y posibles anemias por deficiencia de vitamina B12.

3.- Fármacos que retrasan y/o disminuyen la absorción intestinal de azúcares

Aquí tenemos la acarbosa. Está indicada en diabetes no controlada adecuadamente por la dieta para corregir hiperglucemias moderadas, fundamentalmente tras las comidas,  cuando los niveles de glucosa antes de las comidas son aceptables.
Actúan retrasando la digestión de los azúcares en el intestino delgado, lo que reduce los picos glucémicos tras la ingesta.
Los efectos secundarios provocados por la fermentación de los azúcares no absorbidos en el intestino grueso pueden ocasionar flatulencias, meteorismo, dolor abdominal, diarrea, náuseas o vómitos.

4.- Fármacos que disminuyen la resistencia a la insulina


Su introducción al mercado es reciente. Aumentan la captación de insulina por parte del tejido adiposo y muscular, los tejidos insulino-sensibles.

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