FARMACOS HIPERGLUCEMIANTES.
Son medicamentos que pueden potencialmente elevar la
glucemia y modificar el control glucémico del paciente
diabético, o en individuos de alto riesgo desencadenar diabetes
mellitus.
En este caso deben existir factores predisponentes
(obesidad, factores hereditarios, sindrome X) y usar el medicamento en tratamientos
prolongados y/o en dosis elevadas.
Esto no significa que debe descartarse totalmente su uso,
sino que el médico debe evaluar el riesgo-beneficio y su uso debe ser bajo
estricta supervisión médica en cuanto:
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Dosis del medicamento
prescripto.
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Tiempo de tratamiento,
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Control glucémico.
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Ajuste de dosis de
hipoglucemiantes o insulina, en caso del paciente diabético.
Los mecanismos por los que elevan la glucemia son
variados, por ejemplo:
GLUCOCORTICOIDES
Los glucocorticoides son catabólicos, estimulan la
gluconeogénesis en hígado y riñón y además bloquean la acción de la insulina en
algunos tejidos.
DIURÉTICOS TIAZÍDICOS
En cambio los diuréticos tiazídicos inhiben la liberación
de insulina de las células beta de los islotes de Langerhans.
Los medicamentos que potencialmente pueden elevar la
glucemia son:
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Glucocorticoides.
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Diuréticos (tiazidas,
furosemida, ácido etacrínico).
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Antihipertensivos
(beta-bloqueantes, diazóxido).
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Hormonas (tiroideas,
estrógenos, anticonceptivos, aldosterona, hormona de crecimiento, agentes
progestacionales, glucagón).
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Antipsicóticos de 2º
generación (clozapina, risperidona, etc).
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Antiepilépticos
(fenitoina).
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Antineoplásicos
(streptozotocina, mitramicina, L-asparaginasa).
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Inhibidores de las
proteasas, para el tratamiento de infecciones virales (indinavir, ritonavir).
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Beta-agonistas.
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Pentamidina.
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Interferón alfa.
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Antirretrovirales.
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Inmunosupresores.
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Otros (ácido
nicotínico, litio, teofilina, ciclosporina).
Fármacos para la
diabetes
Hay dos tipos de fármacos para tratar la
hiperglucemia: los antidiabéticos orales y la insulina. Los
antidiabéticos orales no se utilizan en el tratamiento de la diabetes tipo 1;
únicamente se usan en el tratamiento de la diabetes tipo 2.
Éstos están formados por cuatro grupos:
1-. Fármacos
reguladores de la secreción de insulina
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Las sulfonilureas
actúan estimulando la secreción de insulina por el páncreas y potencian la
acción de la insulina sobre las células para que puedan absorber mejor la
glucosa de la sangre. Sus efectos secundarios son las hipoglucemias y el
aumento de peso.
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Las glinidas se usan
cuando lo que predomina son las hiperglucemias tras las comidas. Su mecanismo
de acción es similar a las sulfonilureas, pero su efecto dura menos tiempo,
produciendo una mejoría significativa del pico glucémico postprandial y
disminuyendo el riesgo de hipoglucemia. Presentan menor cantidad de efectos
secundarios y contraindicaciones (pueden administrarse en pacientes con
insuficiencia renal).
2.- Fármacos que
disminuyen la producción hepática de glucosa
El único fármaco en uso es la metformina, de primera
elección en pacientes con diabetes tipo 2 con sobrepeso u obesidad. Actúa sobre
todo reduciendo la liberación hepática de glucosa y, además, es supresora del
apetito.
También tiene efectos favorables sobre el colesterol,
disminuyendo su nivel total y los triglicéridos. Se asocia a una reducción de
los niveles de vitamina B12.
Sus efectos secundarios son las alteraciones
gastrointestinales como diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y posibles
anemias por deficiencia de vitamina B12.
3.- Fármacos que
retrasan y/o disminuyen la absorción intestinal de azúcares
Aquí tenemos la acarbosa. Está indicada en diabetes no controlada
adecuadamente por la dieta para corregir hiperglucemias moderadas,
fundamentalmente tras las comidas, cuando los niveles de glucosa antes de
las comidas son aceptables.
Actúan retrasando la digestión de los azúcares en el
intestino delgado, lo que reduce los picos glucémicos tras la ingesta.
Los efectos secundarios provocados por la fermentación de
los azúcares no absorbidos en el intestino grueso pueden ocasionar
flatulencias, meteorismo, dolor abdominal, diarrea, náuseas o vómitos.
4.- Fármacos que
disminuyen la resistencia a la insulina
Su introducción al mercado es reciente. Aumentan la
captación de insulina por parte del tejido adiposo y muscular, los tejidos
insulino-sensibles.